Imaginamos un sistema de justicia que mejore la seguridad, ofrezca oportunidades de recuperación y promueva la rendición de cuentas y enmiende el daño y las pérdidas sufridas por todos los afectados por los actos de violencia. El sistema de justicia actual no ofrece nada de esto porque está anclado en el racismo y en la desigualdad. La pena de muerte hace que estos problemas sean mucho peores.

Una lotería de geografía

  • La mayor parte de las condenas a muerte se dictan en solo 2% de los condados de Estados Unidos.1 La vida o muerte de una persona con frecuencia depende de las preferencias de la fiscalía y de los jueces de su área en lugar de depender de lo que han hecho.
  • Solo 16 condados de los 3,143 condados de la nación dictaron 5 o más sentencias de muerte entre el 2010-2015. Cuatro de estos condados están en Florida.2 En el 2015, el Condado de Riverside en California sentenció a más personas al pabellón de la muerte que cualquier otro estado del país, con excepción de California y Florida.3
  • Una persona puede ser sentenciada a 40 años en prisión en un condado y ser condenada a muerte por el mismo crimen en el próximo condado.

Sesgado y arbitrario

  • Cada fiscal decide cuándo solicitar la pena de muerte, pero la definición de “elegible para la pena de muerte” es tan amplia que los fiscales tienen muy pocos parámetros para tomar esta decisión, permitiendo que prejuicios y otros factores contaminen el proceso.
  • La riqueza y la pobreza determinan quién es sentenciado a muerte.4 Si una persona es acusada de homicidio y tiene dinero, puede pagar por equipos legales mucho mejores que son más propensos a negociar acuerdos con la fiscalía. Mientras tanto, aproximadamente 90% de las personas que están en el pabellón de la muerte no pudieron pagar el costo de contratar a un abogado cuando trataron de hacerlo.5
  • Las personas de bajos recursos también reciben sentencias de muerte por delitos mucho menores que quienes pueden contratar a mejores abogados. Los acusados pobres son ejecutados por robos que “salieron mal”, por asesinatos que no fueron premeditados y por estar en la escena de un crimen que no cometieron personalmente.

El papel del racismo

  • La raza de la víctima tiene un profundo impacto en los delitos que recibirán una sentencia de muerte. Las personas que son encontradas culpables de matar a una víctima blanca son 10 veces más propensas a ser sentenciadas a muerte que las personas que fueron encontradas culpables de matar a una persona de color.
  • Los afroamericanos representan más de la mitad de las víctimas de homicidio en Estados Unidos, pero menos del 15% de las personas ejecutadas desde 1976 fueron sentenciadas a muerte por matar a una persona afroamericana.6
  • La identificación de los testigos — la principal causa de las condenas injustas7 — es incluso mucho menos confiable cuando el testigo está identificando a alguien de otra raza.8

¿Un jurado de nuestros semejantes?

  • Las personas que se oponen a la pena de muerte son excluidas de los jurados que implican la pena capital. Los estudios han demostrado que las personas que son elegidas para los jurados y que apoyan la pena de muerte son más propensas a declarar a alguien culpable, lo que aumenta el riesgo de pronunciar una condena injusta.9
  • Los fiscales se toman el tiempo de remover a los jurados afroamericanos de los casos de homicidio, incluso cuando hacerlo es ilegal. Los fiscales de estados como Pennsylvania y Texas incluso han sido adiestrados para remover a los jurados afroamericanos sin sufrir consecuencias por hacerlo.10
  • En algunas comunidades, la exclusión de los jurados basada en su raza ha llegado a niveles extremos. Por ejemplo, en el Condado de Houston, en Alabama, 8 de cada 10 jurados afroamericanos han sido excluidos por la fiscalía de los casos que involucran la pena de muerte.11
  • La justicia en la pena de muerte es, en el mejor de los casos, esquiva. Con demasiada frecuencia, la justicia no existe. Reformar la pena de muerte solo ha hecho que sea más compleja, más confusa y más costosa –no más justa. Es hora de acabar con ella.

Ser el acusado en un caso que involucra la pena capital es tan aleatorio y fortuito como ser alcanzado por un rayo.

– Robert Del Tufo, antiguo Abogado General de New Jersey12

Robert Del Tufo

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  1. “The 2% Death Penalty: How a Minority of Counties Produce Most Death Cases at Enormous Costs to All,” Death Penalty Information Center, 1 de octubre de 2013.
  2. “Too Broken to Fix: An In-Depth Look at America’s Outlier Death Penalty Counties,” The Fair Punishment Project, Agosto 2016.
  3. “OUTLIER COUNTIES: Riverside County, “The Buckle of a New Death Belt,” Death Penalty Information Center, 3 de octubre de 2016.
  4. Ver hoja informativa de EJUSA “Justice for a Few? A Punishment for the Poor,” para más información sobre el impacto que tiene la pobreza en las sentencias de muerte.
  5. “The Case Against the Death Penalty,” ACLU, revisado en el 2012, (citando a Tabak en Loyola of Los Angeles Law Review (1989)).
  6. Estadísticas de homicidios de la Cobertura Uniforme del Crimen del FBI del 2018, el año más reciente para el que se tienen estadísticas. Cifras de las ejecuciones del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.
  7. “The Causes of Wrongful Conviction,” The Innocence Project.
  8. John P. Rutledge, They All Look Alike: The Inaccuracy of Cross-Racial Identifications, 28 AM. J. CRIM. L. 207, 214 (2001).
  9. “Are You ‘Death Qualified?” Cato Institute, 10 de agosto de 2000.
  10. “Illegal Racial Discrimination in Jury Selection,” Equal Justice Initiative, Agosto de 2010.
  11. Ibid.
  12. Testimonio ante la Comisión para el Estudio de la Pena de Muerte de New Jersey, 13 de septiembre de 2006